Fundación Corocoras: el compromiso de contar, proteger y transformar

Nuestra historia es la de un territorio, de sus comunidades y de quienes creen en un futuro donde la biodiversidad y la cultura sean protegidas. Este es el camino que hemos recorrido y el que seguimos construyendo juntos.


Un territorio, una causa, una acción

La Orinoquía es un lugar de contrastes: un paraíso de biodiversidad y riqueza hídrica, pero también un territorio en constante amenaza por la deforestación, el uso indiscriminado del agua y las actividades productivas que impactan sus ecosistemas. En medio de estos desafíos, la Fundación Corocoras nació con una idea clara: mostrar para proteger, narrar para transformar.

Desde el principio, comprendimos que lo que no se ve, no se protege. Visibilizar la belleza de la Orinoquía y las historias de quienes la habitan se convirtió en nuestra herramienta de acción. Con la comunicación como eje y la acción territorial como fundamento, nos propusimos llevar las problemáticas ambientales y sociales del territorio a la conversación, buscando que esa atención se traduzca en soluciones concretas.

El Origen de la Fundación

La Fundación Corocoras surgió de la convicción de que la Orinoquía merecía ser contada desde adentro, con voz propia. La idea fue concebida durante más de cinco años por un fundador que, con paciencia y determinación, moldeó la visión de la organización. Sin embargo, fue otra de las fundadoras quien le dio forma definitiva, permitiendo su nacimiento como una entidad organizada y con propósito claro.

Desde el inicio, nos enfrentamos a la falta de recursos y al desinterés institucional por la protección de nuestra biodiversidad. Aun así, nunca hubo espacio para la duda: nuestra pasión y compromiso nos guiaron. Y algo fue evidente desde el primer momento: las comunidades no eran escépticas, sino receptivas y solidarias con nuestro trabajo.

Actuamos con respeto, escuchamos antes de proponer, construimos desde el diálogo y cumplimos cada compromiso asumido. Esa confianza nos permitió crecer y consolidarnos como una organización de referencia en la región.

Un camino de crecimiento y compromiso

No hubo un solo proyecto que marcara un antes y un después. Nuestra historia es una construcción constante, resultado del esfuerzo colectivo de un equipo de amigos y aliados que comparten una visión común: transformar la Orinoquía desde el conocimiento, la comunicación y la acción social.

Hemos ejecutado tres grandes proyectos que no solo han permitido nuestra sostenibilidad, sino que han sido un proceso de aprendizaje profundo. A través de ellos, hemos validado que el camino que elegimos es el correcto y que el impacto que generamos es real. Hoy, nuestro equipo está conformado por más de 30 personas entre colaboradores permanentes y voluntarios, todas comprometidas con nuestra causa.

Nuestra mayor fortaleza es la continuidad. No desfallecemos. Cada iniciativa que emprendemos crece, se transforma y se replica en otros territorios, sumando nuevas experiencias y aprendizajes. No nos limitamos a contar historias: tomamos acción y buscamos que cada relato trascienda en soluciones.

Nuestra identidad: un modelo de trabajo que inspira

Lo que nos diferencia no es solo lo que hacemos, sino cómo lo hacemos. Nos caracteriza la rigurosidad, la metodología científica y la profundidad conceptual con la que abordamos cada iniciativa.

Somos críticos de nuestro propio trabajo, elevamos el nivel de análisis de cada situación y nos aseguramos de que cada acción tenga un impacto tangible y sostenible. Esa coherencia nos ha permitido ganarnos la confianza de comunidades, aliados y actores estratégicos. Hoy, inspiramos a otros: organizaciones y personas que encuentran en nuestro trabajo un referente, un modelo a seguir. Y ese reconocimiento nos reta a seguir mejorando, a reinventarnos y a buscar nuevas formas de narrar y generar impacto.

Mirando hacia el futuro: un sueño común

Si hay algo que nos une como equipo, es un sueño compartido: proteger las aguas, los humedales y la riqueza hídrica de la Orinoquía. Creemos que ese es el gran reto de los próximos años, y queremos liderar iniciativas que impulsen su conservación.

Para lograrlo, necesitamos más manos, más aliados y más recursos. Nuestro compromiso es inquebrantable, pero sabemos que podríamos hacer mucho más con el apoyo adecuado. Queremos que el mundo nos vea, que nos escuche y que se sume a este esfuerzo por proteger el futuro de la Orinoquía.

Súmate a la historia

Nuestra historia sigue escribiéndose con cada acción, con cada comunidad que se fortalece y con cada ecosistema que protegemos juntos. Si compartes nuestra visión, te invitamos a ser parte del cambio.



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